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En el complejo mundo de las aplicaciones para pedir comida, los restaurantes cuentan con un abanico de opciones para gestionar sus pedidos a domicilio. El típico sonido de una llamada telefónica ha cedido paso, en muchos casos, al zumbido de una notificación en el celular.
Aunque las aplicaciones para pedir comida como Rappi, Didi y UberEats dominan el panorama, no debemos pasar por alto la creciente influencia de los canales más personalizados. Un 21% de restauranteros menciona a Facebook e Instagram como medios por los que reciben pedidos. Paralelamente, un 20% ha optado por invertir en su propia plataforma de entrega, brindando una experiencia más personalizada a sus clientes.
Sin embargo, no todos han saltado al tren del delivery. Un significativo 17% de los restauranteros prefiere mantenerse al margen, eligiendo no ofrecer servicio de entrega.
Estas cifras revelan un paisaje en constante evolución, donde la flexibilidad y adaptación se convierten en factores clave para navegar los retos del delivery en la era digital.
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La elección de una plataforma de entrega no siempre es sencilla. Si bien las apps de delivery juegan un papel crucial, la disparidad entre las preferencias de los restaurantes y los clientes ofrece una perspectiva interesante.
Mientras los restaurantes apuestan fuertemente por UberEats, el mercado tiende a inclinarse por Rappi. La rivalidad entre estas dos gigantes de la entrega es evidente, pero ¿qué hay de las demás opciones?
WhatsApp, pese a su amplio uso para la comunicación diaria, parece no ser la elección predilecta para realizar pedidos. Por otro lado, a pesar de que las apps y plataformas propias no dominan las preferencias, no podemos subestimar su potencial de crecimiento, ya que brindan una experiencia más directa y personalizada.
PREFERENCIA DE LOS RESTAURANTES:
PREFERENCIA DEL MERCADO:
Lo que está claro es que, en este juego de preferencias, conocer y adaptarse a las elecciones de los comensales puede marcar la diferencia en el éxito de un restaurante en el ámbito digital.
En la era digital del delivery, no todo se reduce a la simplicidad de hacer clic y esperar. Restaurantes y comensales, aunque inmersos en esta transformación digital, coinciden en prioridades fundamentales cuando se trata de ordenar comida.
La calidad de la comida al momento de su entrega sigue siendo la estrella. Tanto restauranteros como comensales están en sintonía: desean que el sabor que se experimenta al recibir el pedido en casa sea tan excepcional como si se estuviera sentado en el mismo restaurante.
La rapidez en la entrega es otro factor crítico. En un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, esperar demasiado tiempo por una orden puede ser la diferencia entre un cliente recurrente y una oportunidad perdida.
El auge de aplicaciones para pedir comida no es una mera moda pasajera; es el resultado de una profunda transformación en nuestra forma de consumir. La gastronomía, con sus sabores, aromas y texturas, siempre ha sido un reflejo de nuestra cultura y evolución. Y en esta era digital, la forma en que accedemos a ella está siendo redefinida.
La pregunta esencial que enfrentan los restauranteros hoy no es si deben sumarse a esta tendencia, sino cómo hacerlo de manera efectiva y coherente con su marca y valores. Para lograrlo, es fundamental mantenerse al tanto de las dinámicas del mercado, entender las preferencias de los comensales y, sobre todo, ser ágiles en la adaptación.
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